El tratamiento de la psoriasis en la “nueva” era de los biológicos

Contenido principal del artículo

Cristina Berumen Glinz

Resumen

La psoriasis es una enfermedad sistémica con la que los dermatólogos nos enfrentamos con frecuencia, y que, gracias a los avances en investigación, podemos tratar hoy con terapias altamente efectivas.


Las metas de tratamiento en psoriasis han ido evolucionando y actualmente buscamos que nuestros pacientes tengan una mejoría del cálculo del PASI (Psoriasis Area Severity Index), que corresponde al índice de severidad del área de psoriasis y a la eficacia (respuesta) del tratamiento, inicial al menos del 90 o 100%, lo que denominamos respuesta ΔPASI 90 o ΔPASI 100.


Clasificamos a muchos de nuestros pacientes como “super-respondedores” ya que en los primeros meses alcanzan PASI absoluto <1. Estos tratamientos también han demostrado ser eficaces en pacientes que, durante años, han estado bajo tratamiento con metotrexate u otros inmunosupresores, logrando finalmente la respuesta terapéutica que buscamos.


En aquellos pacientes en quienes hemos podido prescribir estos tratamientos, hemos observado un adecuado control de la psoriasis, con mejorías objetivas en la clinimetría (extensión, severidad y clasificación). Sin embargo, surge una pregunta importante: ¿Estamos abordando integralmente a nuestros pacientes? Ya que, a pesar de los avances en los tratamientos, observamos que algunos pacientes no logran alcanzar las metas relacionadas con el manejo adecuado de las comorbilidades


Es importante recordar que muchos, si no la mayoría, de nuestros pacientes tienen comorbilidades asociadas a la psoriasis como resistencia a la insulina, obesidad, dislipidemias, ateroesclerosis, infartos, síndrome metabólico – inflamación. Las cuáles imperativamente deben ser diagnosticadas y tratadas de forma precoz. Es nuestra responsabilidad insistir en la suspensión del hábito tabáquico y el consumo de alcohol, así como referirlos tempranamente a programas que ayuden a evitar estas adicciones. Y no olvidar dirigirlos hacia una nutrición balanceada y referirlos a los especialistas necesarios para un enfoque multidisciplinario.


Por otro lado, no podemos pasar por alto la salud mental de nuestros pacientes. ¿Acaso nos estamos conformando con ver el descenso del puntaje del DLQI (índice de calidad de vida dermatológico), sin indagar más a fondo sobre posibles trastornos de ansiedad o depresión? Deberíamos preguntar más acerca del estigma, el aislamiento social y el cómo perciben su enfermedad.


Mrowietz et al propusieron en 2014 que en psoriasis no solo hay que enfocarnos en tratarla sino en manejarla. Estos efectivos tratamientos nos han cambiado la forma de tratar a los pacientes con psoriasis, pero no olvidemos que como dermatólogos debemos manejar a los pacientes de forma integral. Dediquémosles el tiempo necesario en consulta para poder manejar esta enfermedad sistémica, de entender a nuestros pacientes y no verlos únicamente como respondedores con base en un número.

Detalles del artículo

Sección
Editorial