Expresiones artísticas de la hipopigmentación

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Paulina Nundehui Cortés-López
Bibiana Montserrat Barbosa-Ramírez
Natasha Alexandra Medina-Vicent
Vega-Memije María Elisa

Abstract


  1. ANTECEDENTES

    “Una pintura es una fotografía hecha a mano”, así lo describió Salvador Dalí (1904-1989), pintor español.1 A través de los años, hemos podido imaginar y ampliar nuestro conocimiento de estilos, pensamientos y acontecimientos a través de las pinturas de diferentes artistas y pintores que hoy día podemos admirar gracias a la temática plasmada sobre enfermedades relevantes en determinados momentos históricos.


    La estética y la atención sobre el aspecto de la piel no es una preocupación del mundo moderno. La pintura y la fotografía han recogido arte de diferentes padecimientos dermatológicos, donde ninguna se escapa del pincel del artista. El vitíligo y las enfermedades hipopigmentarias no han sido la excepción.


    DISCUSIÓN

    El vitíligo es una enfermedad pigmentaria adquirida de origen multifactorial, esto incluye factores genéticos, autoinmunitarios, inflamatorios, entre otros, que se caracteriza por la destrucción total o parcial de melanocitos; ninguna de las hipótesis que conocemos hoy día ha logrado explicar los diferentes fenotipos que muestra. En términos morfológicos, está constituido por manchas hipocrómicas y acrómicas, asintomáticas.2,3


    Lo más apreciable de esta enfermedad y condición de vida es el arte y el sentido de la observación, porque su diagnóstico es clínico gracias a la habilidad que desarrolla un dermatólogo a través de su experiencia y formación en esta rama de la medicina. Éste puede verse facilitado con una lámpara de Wood o a través de la magia de su dermatoscopio; rara vez se requiere confirmación histopatológica.2,3


    En el primer tratado médico egipcio, el papiro de Ebers del año 1550 aC, ya se describían enfermedades que afectaban la piel con cambios en su color, probablemente se hablaba de vitíligo.4 La palabra vitíligo viene del latín vitium, que significa mancha o defecto.5


    Para el artista los detalles son muy importantes, un ejemplo es La Creación de Adán (Figura 1), plasmada en el techo de la famosa Capilla Sixtina en el Vaticano, que muestra el estilo del Renacimiento por Miguel Ángel Buonarroti. En ella, Dios da la vida a Adán, el primer hombre de la Tierra, en quien podemos apreciar manchas hipocrómicas en las rótulas. Como punto central transmite el contacto entre los dedos del creador y los de Adán, a través del cual se transmite el soplo de la vida. Dios, sostenido por ángeles y envuelto en un manto precioso, se dirige hacia Adán, quien se muestra desnudo con un cuerpo atlético, cuya belleza confirma las palabras del Antiguo Testamento: el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios.6


    En nuestra perspectiva, la piel de Adán posee áreas más oscuras de sombra, las cuales hacen hincapié en su anatomía y crean una sensación de profundidad en la pintura; podría interpretarse como la existencia de manchas acrómicas e hipocrómicas grandes y redondas con tendencia a la bilateralidad de predominio en el tórax anterior.


    Este cuadro ha tenido diferentes perspectivas, como la de los obstetras que consideran que plasma una placenta7,8 y los neurólogos que aprecian un encéfalo.9 Esperamos que otros estudiosos de este artista nos proporcionen la impresión dermatológica que plantea esta obra maravillosa.


    Las enfermedades pigmentarias, así como su repercusión en la calidad de vida de las personas que viven con estas afecciones, no son algo nuevo. Desde tiempo atrás llamaban la atención de la sociedad y quienes las padecían tendían a ser estigmatizados por sus diferentes tonalidades de piel, incluso eran los artistas del espectáculo; en el caso del piebaldismo y vitíligo eran llamados “gente cebra” en una época donde la esclavitud y el racismo eran más marcados. Otra afección es el piebaldismo, genodermatosis autosómica dominante, con falta o deficiencia de melanocitos, que se caracteriza por manchas acrómicas que suelen afectar la frente y un mechón triangular del pelo, también llamado poliosis.10,11


    Respecto al mismo tema destaca la pintura de Mary Sabina (Figura 2), que fue expuesta para el bicentenario en 2007 de la abolición parlamentaria de la esclavitud en el Imperio Británico, en la que se ilustran las vidas ocultas de los negros africanos que vivían con afecciones pigmentarias en los siglos XVIII y XIX.11




    Mary Sabina, niña de ascendencia africana, esclava, fue plasmada en esta pintura de una plantación sudamericana en Cartagena, Colombia. Éste es uno de los tres retratos que existen de ella, sus litografías se distribuyeron ampliamente por toda Europa. Fue una mujer admirada y respetada entre su raza;11,12 padecía una dermatosis generalizada que abarcaba más del 50% de su piel, donde se observa, en la parte central de la frente, una zona triangular despigmentada en forma de diamante. Ante nuestros ojos semeja una tiara, que se extiende hacia el tercio interno de las cejas y el mentón, que, por su localización y fricción constante, quizá corresponda a un fenómeno de Koebner, así como manchas acrómicas con tendencia a la simetría en la parte ventral del tórax, el abdomen y las extremidades superiores e inferiores con predominio en las regiones proximales.


    En estas zonas acrómicas observamos islas de pigmentación normal por su tono de piel fototipo Fitzpatrick IV.


    CONCLUSIONES

    Al ser la piel parte fundamental de la descripción física de una persona, su belleza y cuidado han generado preocupación desde las civilizaciones más antiguas de la humanidad. Por ello, ha sido descrita con detalle a través de los años; al hacer retratos el pintor de arte realista intenta plasmar de la forma más precisa posible todas las características que alcanza a percibir, lo que ha permitido la sospecha diagnóstica de varias enfermedades dermatológicas en la época actual.


    Lo expuesto en este trabajo es una muestra de que estos padecimientos han estado presentes en la historia de la humanidad a través de los siglos y revela la importancia de esta dermatosis dentro del entorno y en la calidad de vida de quien la padece.




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