El sifilítico por Alberto Durero

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Arturo Vargas Origel

Resumen

 

Aunque hay esculturas precolombinas que pueden aparentar enfermos con sífilis,1 a la imagen de las Figuras 1 y 2se le considera la primera representación gráfica del padecimiento. Fue realizada en 1496 por Alberto Durero (Albrecht Dürer en alemán) y es un grabado en madera, coloreado posteriormente; su nombre original es “Vaticinium in epidemicam scabiem” o “Pronóstico de la epidemia de escamas”;2 la autoría de la obra no se reconoció hasta el siglo XIX. 

La imagen muestra a un hombre con lesiones dermatológicas en las partes visibles de las piernas, brazos, manos, cara y cuello que corresponderían a las lesiones secundarias de la sífilis. En la parte superior hay un globo con una cinta con los signos del zodiaco y en su centro lleva escrito el año de 1484, fecha en la que hubo una conjunción importante de Júpiter y Saturno, evento astrológico al cual la ciencia médica del Renacimiento, influida por la filosofía neoplatónica, le atribuyó el origen de la enfermedad. También tiene, a la derecha e izquierda del hombre afectado, los escudos de la ciudad de Nuremberg, donde nació y vivió Durero; debajo de sus pies hay un escudo o símbolo con un sol, el cual podría referirse al dios Apolo, quien podría enviar enfermedades y también curarlas. La figura cae en la categoría de las artes gráficas llamada Pestblatt por los alemanes, especies de volantes que servían como anuncios para informar de las epidemias.3 Además, el panfleto es un incunable y tiene relevancia en la historia de las impresiones iniciales, de las que Nuremberg con su círculo de artistas y escolares representó un centro importante. 

La imagen en un principio no iba sola, ya que se realizó para acompañar un escrito de Frisian Dirk Van Ulsen’s, mejor conocido como Theodoricus Ulsenius (1460-1508), médico-humanista-astrólogo de Nuremberg, uno de los principales directivos de las políticas de salud de su ciudad y a quien las autoridades de la ciudad le habían encargado, en 1495, las mejores medidas posibles para evitar la epidemia. De acuerdo con el resumen del trabajo de Santing,4 el Vaticinium está escrito en forma de poema de 100 hexámetros, fue impreso en el taller de Hans Mair y presentado como panfleto junto con el grabado en madera de Durero. Los versos hablan del sueño del poeta, de cómo el dios Apolo le platica de la enfermedad desconocida que afecta al hombre, de su origen, síntomas y conceptos médico-astrológicos, señala que es más grave que la antigua sarna o enfermedad con escamas. Más que una obra médica es un trabajo con estilo literario humanista. El mismo Ulsenius tiene otra obra más que sí es para médicos, llamada la Cura mali francici, en la que proporciona consejos contra la enfermedad a través de 50 aforismos.4

El personaje que representa la imagen debió ser identificado de forma fácil, por quienes vivían en esa época y región, como un soldado mercenario del norte de Europa, básicamente de Alemania y Suiza, quienes se alquilaban como soldados para distintos ejércitos; usaban ese vistoso sombrero de piel o fieltro con una gran pluma, una capa peculiar y las botas altas de piel suave.3 Ellos eran parte del ejército a pie y usaban arco o hacha en las batallas; se les llamaba Landsknechte, palabra que en alemán significa siervos, ya que eran de origen humilde, básicamente agricultores de Alemania o Suiza que buscaban otro medio para subsistir ellos y sus familias; formaron parte de las tropas de Carlos VIII de Francia, en cuyo idioma se les llamaba lansquenets, que invadieron Italia en 1494. Estos mercenarios son parte de otros hechos históricos; durante el regreso a sus casas, derrotados, enfermos y sin paga, ellos fueron los responsables, entre otros, del famoso saqueo de Roma de 1527; también fueron el germen o antecedente de la famosa guardia suiza del Vaticano, con sus llamativos uniformes. Hay cuando menos algún autor que piensa que Durero padeció sífilis y que esta imagen, junto con otras, reflejan parte de los síntomas de su enfermedad.3

Para la fecha del grabado aún no se sabía el origen y la vía de transmisión de la enfermedad, ni siquiera tenía el nombre actual; se le conoció con más de 400 nombres, ya fuera por su inicio, sus signos y síntomas, etc.5 En Alemania e Italia se le llamaba enfermedad francesa, en Rusia le decían enfermedad polaca, en Alemania, Francia y Suiza le denominaron mal napolitano, en Portugal le nombraban como española, en Turquía hablaban de enfermedad cristiana; en otros países de morbo chino, etc.;6 el término de lúes deriva del latín que significa enfermedad contagiosa. La denominación de sífilis se le dio en 1530 por el poema de Girolamo Fracastoro, llamado Syphilis sive morbus gallicus (sífilis o la enfermedad francesa), donde habla cómo un pastor, llamado Sífilis, es castigado con una enfermedad venérea por haber insultado a Apolo; este nombre fue plenamente aceptado hasta finales del siglo XVIII;7 el mismo Fracastoro en otro libro llamado “De contagion” plantea la posibilidad de ser causada por pequeños microorganismos, teoría que en su momento no recibió la atención debida. 

Aun en la actualidad persiste el dilema de si el origen de la enfermedad es europeo o americano.8 Del último, se ha supuesto que, al regresar los tripulantes de Colón, ya contagiados, en 1493, llegaron a Barcelona y diseminaron la enfermedad; después, estos marineros fueron aceptados en el ejército de Carlos VIII que asedió Nápoles en 1495, en el que iban los propios franceses y los lansquenets ya comentados. Con estos ejércitos se movían al mismo tiempo centenares de prostitutas por lo que la enfermedad se diseminó en forma muy rápida, en especial en Nápoles, Italia y Francia. Al regresar estos soldados a sus países de origen o incorporarse a otras guerras entre los países europeos, fueron los responsables de la diseminación de la enfermedad en el viejo continente. De manera independiente de su origen, lo que queda muy claro es el comportamiento agresivo de la enfermedad.7,8

Para contrastar, las Figuras 3 y 4 muestran dos grabados del artista Sebastian Brant (1457-1521), realizados poco tiempo después del de Durero.1 En los dos resalta el componente religioso, ya no el astrológico; en la Figura 3 se ven las lesiones dermatológicas en los cuatro personajes de la derecha, los que parecen recibir como un castigo divino, a través de las flechas o rayos que está lanzando el niño Jesús. En la Figura 4, en cambio, a dos mujeres con lesiones en la piel, parece estar enviando un manto protector quizá como una etapa inicial de su curación; a los pies de la Virgen hay un hombre semidesnudo que muestra gran cantidad de lesiones, parece estar vivo y esperando, con paciencia, la curación divina. En las dos figuras, al lado derecho de la virgen se observan un personaje real y soldados en los que no se ve ninguna lesión y la Virgen les hace entrega de una corona; pueden ser verdaderos creyentes, defensores de la fe y, por tanto, reciben su recompensa, la ausencia de la enfermedad. 

Del artista Durero (1471-1528) puede decirse que es el más famoso de Alemania y el principal representante del Renacimiento en el norte de Europa. Nació en la ciudad de Nuremberg, era contemporáneo de Leonardo, Miguel Ángel y Bellini, cuyas obras conoció en sus múltiples viajes y las que influyeron en sus trabajos. Es difícil la cuenta exacta de su producción; se le atribuyen de 90 a 189 pinturas, un total de 277 grabados (otros señalan que son 100 en cobre y 250 en madera), 900 a 1200 dibujos y 12 autorretratos.9 Aunque fue pintor, dibujante y acuarelista, sus trabajos más importantes son los grabados, ya sea en madera o cobre, elevando esta modalidad de arte a una categoría independiente, de calidad nunca vista y con los cuales, además, logró fama y riqueza en vida. De sus pinturas sobresalen los autorretratos, género de pintura que él inició en Alemania y que realizó en mayor cantidad y calidad que otros artistas del Renacimiento. Aparte, tenía una mente inquisitiva como la de da Vinci y fue un teórico del arte al cual trató de aplicar la ciencia; escribió tres libros, uno sobre mediciones o teoría de la geometría, otro sobre fortificaciones y uno póstumo que se llama la teoría de las proporciones.9,10


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Arte